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Planificar la respuesta ante emergencias

La planificación y la respuesta eficaces a las emergencias son fundamentales para todas las empresas mineras y metalúrgicas con el fin de proteger mejor a los trabajadores y sus familiares, a las comunidades locales y a la sociedad en general.

La industria minera y metalúrgica trabaja denodadamente para mejorar la seguridad de sus operaciones. Pero hay que entender que es improbable reducir el riesgo a cero. Por eso, la seguridad y la protección nunca se pueden dar por sentadas y se deben realizar planes de preparación para emergencias elaborados a partir del análisis de diversas hipótesis factibles e incorporarlos a todas las políticas y procesos de gestión implementados.

Las emergencias en el sector de la minería y los metales pueden clasificarse como operativas (por ejemplo, riesgos derivados de fallas en las tuberías o el transporte), ambientales (por ejemplo, catástrofes naturales o hundimientos del suelo) o sociales (por ejemplo, conflictos políticos o disturbios en la comunidad).

Si bien la industria tiene la responsabilidad de estar preparada para las emergencias recurriendo a sus mecanismos internos, también es importante trabajar con las comunidades que habitan cerca de los yacimientos mineros para conocer mejor las amenazas a la seguridad que pueden surgir. Estas amenazas pueden provenir de la exposición directa e indirecta a los riesgos o de las amenazas psicológicas causadas por el miedo a los efectos desconocidos de un posible incidente, por ejemplo, fallas en los relaves. Tanto los riesgos reales como los percibidos perjudican la confianza social en el sector.

Lamentablemente, las comunidades locales no siempre están bien informadas respecto de los riesgos eventuales y, por lo tanto, no están preparadas para las emergencias. Una respuesta local rápida y eficaz a un incidente puede ser el factor más importante para evitar lesiones personales, así como daños a la propiedad y al medio ambiente.

Reforzar la capacidad operativa

Para facilitar la aplicación de los planes de preparación ante emergencias por parte de la industria, el ICMM en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), publicó el estudio Prácticas recomendadas en la preparación y respuesta ante emergencias con el fin de acompañar el proceso del programa de conciencia y preparación para emergencias a nivel local del PNUMA (APELL), que cuenta con apoyo internacional.

El proceso APELL del PNUMA establece una metodología estructurada de enlace con la comunidad que permite que la guía de prácticas recomendadas ayude a las empresas a colaborar con las autoridades y comunidades locales para determinar la distribución de responsabilidades en caso de emergencia, asesorarse sobre la capacitación y prever el alcance de las posibles funciones de enlace con la comunidad.

Con la implementación de un mecanismo sólido de preparación para emergencias, las empresas mineras y metalúrgicas pueden actuar con responsabilidad ante los peligros eventuales de una manera oportuna y atenta a las fortalezas y las puntos débiles de las operaciones y las comunidades.

Además, el Estándar Global de Gestión de Relaves para la industria minera también abarca la preparación y respuesta ante emergencias en caso de fallas en los depósitos de relaves. El área V del estándar señala que los operadores deben evitar la complacencia en las exigencias que se les plantearían en caso de catástrofe por una falla. El estándar exige a los operadores que evalúen su propia capacidad en conjunto con la de las demás partes y que planifiquen con antelación, generen capacidad y colaboren con ellas, en particular con las comunidades, para prepararse para el improbable caso de fallas. El área temática V también describe las obligaciones fundamentales del operador en la recuperación a largo plazo de las comunidades afectadas en caso de que una falla produjera una catástrofe.